Los acusados por los atentados de Las Ramblas y Cambrils niegan su vinculación

Los acusados por los atentados de Las Ramblas y Cambrils niegan su vinculación

El juicio por los atentados yihadistas del 17 y 18 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils ha comenzado este martes por la mañana en la Audiencia Nacional, en la sede de San Fernando de Henares, ante una importante expectación mediática.

Hay tres acusados que se enfrentan a penas de entre 8 y 41 años de prisión, pedidas por la fiscalía, y a penas superiores solicitadas por acusaciones particulares.

El juicio durará al menos hasta mediados de diciembre.

Dos de los tres acusados ​​de pertenecer a la célula yihadista que atentó en Catalunya el 17 de agosto del 2017 y que dejó 16 muertos y cientos de heridos en Barcelona y Cambrils (Tarragona) se han negado a responder las preguntas de la Fiscalía y no han reconocido los hechos por los que les piden hasta 36 años de prisión.

Mohamed Houla Chemlal se ha acogido a su derecho de no declarar, pero ha dicho que se ratifica en todo lo que dijo durante la instrucción y que «se arrepiente»,

Después han declarado Driss Oukabir y Said Ben Iazza, que sólo han respondido a las preguntas de sus defensas.

Así, en respuesta a su abogado Luis Álvarez Collado, ha afirmado que no era una persona «ni religiosa ni practicante».

En este sentido, ha negado cualquier relación con el imán de Ripoll, Abdelbaki se-Satty, considerado el líder de la célula yihadista que atentó en agosto de 2017 y que murió en la explosión de la vivienda de Alcanar donde se preparaban los explosivos para atacar.

Salir de fiesta y consumir drogas

«No he estado nunca en Alcanar, ni sabía de la existencia de Alcanar ni nada de eso», ha dicho. «No iba a la mezquita. Mi vida era la de aquí, salir de fiesta, consumía drogas, cocaína, hachís, ir con chicas de compañía».

Para continuar negando los hechos de acusación que expone la Fiscalía en el escrito provisional de calificación, Driss Oukabir ha dicho que tenía una relación «normal» con su hermano Moussa, uno de los miembros de la célula terrorista que los Mossos d’Esquadra abatieron el día de los atentados, pero que los últimos meses «no lo vio mucho».

A Oukabir, para quien la Fiscalía solicita 36 años de prisión por pertenencia a organización terrorista, tenencia, depósito y fabricación de explosivos, y conspiración para cometer estragos terroristas, se le relaciona con el alquiler de la furgoneta que luego se utilizó para el atropello en la Rambla de Barcelona.

Sobre este hecho, ha señalado que alquiló el vehículo para que su hermano, Mohamed Hichamy y Younes Abouyaaqoub –también abatidos el día de los atentados– hiciera una mudanza.

Así, se ha desmarcado de la tesis de la Fiscalía, que en su escrito de acusación sitúa a Driss Oukabir «plenamente asentado» en la célula terrorista en la que se integró «a mediados de 2.017».

Además, subraya que estaba «aislado de su entorno habitual y dispuesto a cumplir sus fines», lo que se demuestra con su participación en el «traslado de sustancias explosivas» desde la vivienda del imán hasta Alcanar y con el alquiler de furgonetas.

En «shock» cuando se enteró de los atentados

Cuando su abogado le ha preguntado si su viaje a Marruecos tenía relación con su radicalización, Oukabir, que ha dicho que estuvo en «shock» cuando se enteró de los atentados, ha negado este extremo y ha explicado que se fue para «desconectar» porque tenía una orden de alejamiento de su pareja después de «una discusión muy fuerte».

La declaración del tercer acusado, Said Ben Iazza, ha sido más breve, porque sólo ha declarado que conoce a los miembros de la célula yihadista porque eran «clientes» de su tienda, pero que no le comentaron nunca sus intenciones de atentar en Barcelona.

Además, ha negado tener cualquier contacto con el imán Abdelbaki se-Satty ni con Alcanar.

Sobre por qué dejó a Younes Abouyaaqoub una furgoneta que era propiedad de su tío, explicó que le comentaron que querían «transportar productos de limpieza».

La Fiscalía pide para Said Ben Iazza –que fue arrestado en Castellón un mes después de los atentados– 8 años por colaboración con la célula por dejar el vehículo «sabiendo que se utilizaría para adquirir y transportar productos químicos», y también para dejar su documentación personal para ocultar la verdadera identidad del comprador de los productos químicos y ayudar a la célula yihadista a materializar» sus fines si alcanzaba los precursores necesarios para elaborar sustancias explosivas».

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