La verdad del Caso Uber-Élite (parte 6) Americana

La verdad del Caso Uber-Élite (parte 6) Americana

Fue la entrevista de Playboy a Bob Dylan aparecida en 1972 la que empujó a aceptar el arduo palizón de viajar a los Ángeles. Su ídolo Robert Zimerman marcó historia saliendo en la revista del despelote.

Llegaron (con pasaporte diplomático, pistolas y navajas albaceteñas) Alberto Álvarez, dos hombres de confianza de Élite y dos más que eran guardaespaldas, también de élite, pero del ejército español suministrados por sus amigos Felipe y Leticia, la descendiente de los Rocasolano (taxistas nobles conocidos por sus aún más nobles barras «del taxista»).

Más cierto aún era el hecho que la campaña de LA TABLA TÉCNICA DEL TAXI necesitaba revulsivos y que, no lo podía negar, Hustler era la revista favorita de todo el Gremio del Taxi de Barcelona y una entrevista con fotos eróticas le aseguraba al menos el 80% del electorado. Es más, pensaba llevarse en el avión 14.000 revistas recién salidas de la rotativa. Larry King se lo prometió por teléfono. Se imaginaba al taxista tipo con su Tesla regalado por Tito y la puta revista también obsequiada ojeándola en la Parada de Sants y dando las gracias por su suerte.

Vano es soñar,pero no en Hollywood,la tierra prometida del activista sexy,el nuevo Marlon Brando.

Así se sentía ante el aluvión de vedettes que le hacían achuchar para dar realismo a las fotos.

Porque entre sesión y sesión de fotos acaecían mimos «ni convenientes ni deseados» en la seriedad de la lucha contra el «Evil Uber» comandado por el malvado Domínguez.

Tanto Fran cómo el madrileño Carlos cuidaban de que no hubiera ningún problema de seguridad. Escrutaban cada rama de cualquier árbol, cualquier matorral. Los otros dos guardaespaldas del Ejército estaban agazapados visionando terrados y ventanas.

Después de 3 horas de retratos casi pornográficos, donde Tito lucía gorra y camiseta de Élite junto a unos Slips apretados cuyo parte del pene ponía Fuck y la del culo Uber, se decidió un descanso.

– «Joder,Tito.la morena, la nigger de Chicago. Traela para la cena de gala de Larry».

– «A ver, Carles. Estem per la feina».

El madrileño no entendió bien la frase pero estaba claro que los de Uber no iban a dejar pasar ésta oportunidad y se demandaba seriedad.

Con la noche llegaron las presentaciones: Larry King, el anfitrión, sorprendido por tanto gorila cómo llevaba Alberto Álvarez recordaba cómo acabó en silla de ruedas tras un atentado.

– «Migstert Aldvagez, un plagcer verlgle engtre nogsotros «decía Larry añadiendo ges seguramente porque ahora vivía en New Orleans.

– «Señor Larry,Mi admiración a la vez que mi gratitud por la defensa de los derechos civiles y la valentía mostrada contra esos fachas remilgados».

– «Gragcias amigco y sing masg le Pregcento a Michael Moore y a Noam Chosky».
Tito,Fran y Carlos se quedaron acojonados. Allí estaban sus dos referentes más admirados.

– «Señores,admiramos su excelente movimiento sindicalista que se enfrenta a nuestro burdo imperialismo «Michael asentía las palabras de Noam.

– «Gracias, mucho aprendimos de sus libros». Soltó Carlos, que no dejaba de toquetear su Colt 44 por si acaso.

– «He hablado con Robert McMulligan y me ha rogado que asistan a la marcha de taxistas sobre Washington que están organizando en su honor. Serán todos los Estados a una contra Uber. Yo no faltare, ni Moore, ni Dylan ni tampoco un grupo español insoportable para mí, Extremoduro»

– «Dígale a McMulligan que asistiremos encantados» Soltó Fran anteponiéndose a Tito, que se había quedado mudo por la emoción.

– «Brindemos por el encuentro «antiimperialista», soltó Moore que de repente veía cómo su copa era abatida por un tiro que reventaba el hombro izquierdo de Tito.

Carlos sacó el Colt mientras Fran corría tras un joven encapuchado que salió torpemente por la escalera de incendios del edificio adyacente .Mientras Fran corría y Carlos apuntaba ,un disparo de una invitada abatió al sniper que aún así siguió corriendo.

Lo agarraron entre todos. La señora que intervino era Joan Baez, experta tiradora pacifista, una gran anti-uber y organizadora de la marcha de cab-drivers.

«Gracias,por su intervención,señora Baez «,reaccionaba Tito, ensangrentado mientras Joan  le daba un guitarrazo al pistolero contratado.

Exultante estaba Tito mientras lo trasladaban en limousine al Hospital. «Una puta marcha sobre Washington una reunión de 400.000 taxistas… Joder y en el 2021. Alguien lo pronosticó en el 2117.»