Felipe VI llama a la «unidad» contra el coronavirus

Quien haya encendido el televisor para escuchar el discurso institucional que esta noche ha ofrecido el rey Felipe VI con motivo de la crisis sanitaria, seguro que lo ha sentido con un fondo de cazuelas.

Miles de ciudadanos las han hecho picar con fuerza, en signo de protesta, desde los balcones de sus casas, donde la inmensa mayoría de la población está confinada para evitar el contagio del COVID-19.

El monarca, que no ha hecho ni una sola referencia a la polémica sobre las cuentas que su padre, Juan Carlos I, mantenía abiertas en el extranjero, ha limitado su intervención a una llamada a la «unidad» y «dejar atrás «las diferencias para superar la crisis sanitaria, y también la económica que con toda probabilidad seguirá la pandemia.

Hoy ha hecho una intervención breve -apenas ha durado siete minutos- en el que destacó que «España es un gran país, un gran pueblo que no se rinde ante las dificultades», y blandiendo la bandera de la unidad ha pedido a todos los ciudadanos un «esfuerzo colectivo».

«Recuperaremos la normalidad, la convivencia, la vida en nuestras calles, la economía y los puestos de trabajo», vaticinó.

El rey está convencido de que España saldrá de la crisis «más unida».

Mientras las cacerolas sonaban, Felipe VI evitaba cualquier alusión a la crisis abierta en la Casa del Rey por el dinero de Juan Carlos I en el extranjero.

El único mensaje de la Zarzuela es el comunicado emitido el pasado domingo para reaccionar a las informaciones que apuntaban el monarca como beneficiario último de varias cuentas del rey emérito, Juan Carlos I, a paraísos fiscales.

En un extenso escrito, la Zarzuela informó que Felipe VI renuncia a la herencia económica de su padre y le retira la asignación que le correspondía de los presupuestos de la Casa del Rey.

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