Inicio América EE.UU. Trump busca seducir a los huelguistas desencantados y carga contra el coche...

Trump busca seducir a los huelguistas desencantados y carga contra el coche eléctrico


Mientras el resto de candidatos republicanos a las presidenciales encaraban su segundo debate de primarias en California, Donald Trump daba anoche una clase magistral de trumpismo en Michigan. Concretamente, en Clinton Township (Michigan), a escasos kilómetros del piquete en Detroit donde participó el martes el presidente Joe Biden. El magnate, consciente de su abrumadora ventaja en las encuestas (le separan 41 puntos del segundo clasificado, Ron DeSantis), no solo optó por saltarse el debate de su partido, sino que lo contraprogramó en horario de prime time.

“Biden y los lunáticos ecologistas están destruyendo la industria del automóvil. No voy a permitir que eso ocurra”, dijo Trump, apocalíptico, ante un centenar de personas en la sede de Drake Enterprises, una empresa que fabrica componentes para coches de Ford y General Motors. “En dos años os quedaréis sin trabajo”, alertó, reiterando que la apuesta de la administración de Biden por el coche eléctrico “es un suicidio” y “va a destruir la cadena de suministros”. 

“Os están vendiendo a China”, sentenció el exmandatario, que alega que la industria del coche eléctrico va a destruir miles empleos en Estados Unidos en beneficio del Gigante Asiático, principal fabricante de baterías del mundo. “Un voto para Trump significa que el futuro del automóvil se fabricará en EEUU, será alimentado por energía estadounidense, abastecido por proveedores estadounidenses, esculpido con aluminio y acero estadounidenses, y construido por manos estadounidenses con salarios altos”, prometió, definiendo su propuesta como “patriotismo proteccionista”. 


El magnate está tratando de capitalizar el desencanto de los trabajadores de la automoción, que llevan dos semanas en medio de una huelga histórica contra Ford, General Motors y Stellantis, las tres principales compañías del motor en EEUU. Pero no ha apoyado en ningún momento las demandas concretas de los huelguistas, que incluyen un aumento salarial del 40%, una reducción de la jornada laboral a 4 días (32 horas a la semana), la vinculación del sueldo al coste de la vida y planes de jubilación vitalicios, entre otras demandas.

La campaña de Trump distribuyó entre los asistentes carteles en los que se leía “Trabajadores de la industria automotriz” o “Miembros de sindicatos a favor de Trump”, dando a entender que cuenta con el apoyo de los trabajadores del motor en huelga. Sin embargo, ninguno de la veintena de asistentes con los que pudo hablar eldiario.es en Clinton Township trabajaba siquiera en el sector de la automoción. En el evento, se han podido ver también muchas gorras de color rojo –la mayoría, con el lema Make America Great Again–, pero ninguna del sindicato gremial United Auto Workers (UAW), que representa a unos 150.000 trabajadores del motor en todo el país.

“A los trabajadores en huelga os digo: apoyo vuestro objetivo de tener sueldos justos, pero no los vais a tener mientras el corrupto de Biden siga al mando”, reiteró Trump. “Simplemente, convenced a vuestros compañeros y a vuestros líderes para que me apoyen y yo me encargaré del resto”. El exmandatario trató en todo momento de diferenciar a los trabajadores de base de los líderes sindicales, que han manifestado reiteradamente su rechazo a Trump.

El presidente de UAW, Sawn Fain, que compareció el martes junto a Biden en el piquete, rehusó el miércoles una reunión con Trump puesto que, atendiendo a su historial antisindical y a su política económica, “sirve a los multimillonarios y no a la clase trabajadora”. De hecho, a diferencia de Biden, que se unió a la huelga organizada por el sindicato, Trump dio su discurso en una fábrica no sindicalizada.

A la caza del voto obrero

La visita de los dos últimos presidentes de EEUU al estado que hace un siglo vio nacer al fordismo no es ninguna casualidad. Michigan, que ha sido durante décadas un feudo demócrata, fue uno de los estados que cambiaron de color en 2016 para allanar el camino de Trump a la Casa Blanca. Lo mismo ocurrió con Pensilvania y Wisconsin, dos estados con una industria en declive, que también forman parte del llamado cinturón del óxido (Rust Belt). 

En 2020, Biden logró recuperar por poco esas mayorías, que otrora conformaron el llamado muro azul demócrata. De cara a los comicios de 2024, están llamados a ser de nuevo estados clave en la batalla presidencial. “Ayer, Biden vino a Michigan a posar para las fotos del piquete, pero sus políticas enviarán a los trabajadores automotrices de Michigan a la fila del paro”, denunció Trump durante su discurso marcadamente electoral.

Sin embargo, entre los asistentes al mitin de este miércoles había una ínfima representación de dichos trabajadores. Eso sí, todos a quienes entrevistó eldiario.es se aventuraron a hablar en nombre de sus familiares y amigos, que sí están en el principal sector industrial de Míchigan. “Esta huelga debería terminar lo antes posible. Los trabajadores y la economía van a sufrir demasiado”, aseguraba Mary, de 73 años, que sostenía una pancarta donde se leía “trabajadores de la automoción con Trump 2024”. 


“La huelga es un poco excesiva”, insistió Donald Atkinson, de 53 años, que eligió llevar su vestimenta militar para la ocasión. “Pero sí es cierto que renunciaron a muchas cosas en el pasado, y es normal que las quieran de vuelta”, reconoció, en referencia a las concesiones que hizo el sindicato durante la crisis del 2008, como la renuncia a los ajustes por contrato del salario al costo de la vida o a las pensiones vitalicias. 


Lo que tiene claro es que la transición al coche eléctrico no es el camino: “se quiere hacer todo demasiado rápido, pero la tecnología no está lista. La gente lo está viento, se están incendiando coches y electrocutando personas”, asegura. “Biden es una marioneta. Está controlado por los de arriba. Trump no lo estaba, y por eso están haciendo todo lo posible –con las cuatro imputaciones– para evitar que vuelva al poder”. 

Una opinión que comparte Gary, de 48 años, vestido con una camiseta con la icónica ficha policial del exmandatario: “toda la gente que conozco apoya a Trump. En 2020, las calles estaban llenas de sus seguidores y nadie apoyaba a Biden. Todavía no me creo que contaran los votos adecuadamente, y no creo que lo hagan el año que viene”.


La sombra de Trump en el debate de primarias

Las cuatro imputaciones y las múltiples condenas a su imperio inmobiliario, la última este martes, no han sido ningún obstáculo para Trump, que cada día que pasa acumula más apoyos: lo prefieren el 54% de los republicanos, según el modelo de FiveThirtyEight. Mientras se daba un nuevo baño de masas en prime time, siete de sus contrincantes, los que cumplieron los requisitos para participar en el segundo debate de primarias, trataban de esquivar la alargada sombra del expresidente para hacer oír su voz.

No lo consiguieron. El segundo debate de primarias se volvió, como ya ocurrió con el primero, en una referencia constante, implícita o explícita, al magnate ausente. “Donald Trump, sé que estás viendo esto. No puedes evitarlo. No te ausentas por los sondeos: te da miedo defender tu presidencia. Si sigues sin comparecer no te llamaremos Donald Trump, sino Donald Duck”, bromeó Chris Christie, convirtiendo al Pato Donald en trending topic en EEUU. 

DeSantis, el único candidato que sobrepasa, además de Trump, el 10% del apoyo republicano, también cargó contra el expresidente: “Donald Trump está desaparecido. Tendría que estar aquí esta noche para defender su presidencia y responder sobre los 7.800 billones que añadió a la deuda, que fue el origen de la inflación que ahora tenemos”.

A unos 3.500 kilómetros, Trump se burló del debate, asegurando que se trataba de “una entrevista de trabajo”, donde los candidatos “quieren ser secretarios de alguna cosa, incluso vicepresidentes. ¿Creéis que podrían llegar a serlo? No lo creo… No mueven a las masas como yo lo hago”.





Fuente