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Sánchez normaliza la interlocución directa con Junqueras y EH Bildu para negociar su investidura


Que el presidente del Gobierno y el líder del partido que gobierna la Generalitat de Catalunya hablen por teléfono suena a escena cotidiana, pero no lo es. La conversación que mantuvieron este miércoles Pedro Sánchez y Oriol Junqueras se convirtió en noticia porque es la primera, al menos oficial y formalmente, que se produce desde el indulto al exvicepresident catalán que puso fin a sus más de tres años en la cárcel. Fue, en definitiva, una buena muestra de hasta qué punto llegaron a descarrilar la política y la institucionalidad entre Catalunya y el resto de España con el estallido del procés.

Después de semanas con los republicanos fuera de foco por el protagonismo indudable que las urnas otorgaron a Carles Puigdemont en la reelección de Sánchez, el líder del PSOE quiso tener un gesto de reconocimiento al trabajo llevado a cabo con ERC durante la última legislatura, en la que la formación de izquierdas ejerció de socio prioritario y de único interlocutor en el independentismo catalán. Su conversación con Junqueras, que afrontó la negociación de la investidura de hace cuatro años entre rejas, es una forma de normalizar la legitimidad del líder de ERC para volver a hacer política al máximo nivel, sin olvidar que el PSOE también necesita esta vez de su apoyo para gobernar.

Según fuentes al corriente de esa llamada de teléfono la conversación se extendió durante casi 40 minutos y en ella se abordaron los principales asuntos que ambas formaciones tienen sobre la mesa. En las respectivas notas de prensa que publicaron el PSOE y ERC no se hace mención alguna a la ley de amnistía, pero sí se abordan las demandas que ambos líderes trasladaron de parte de sus formaciones.

Sánchez planteó “su proyecto para los próximos cuatro años y la necesidad de alcanzar un acuerdo de avances y estabilidad para este período”. O lo que es lo mismo, su intención de que la negociación que ahora transcurre no se limite a garantizar su investidura sino también una legislatura cimentada en la aprobación de varios Presupuestos Generales del Estado.

Según ERC, Oriol Junqueras se refirió “a la necesidad de avanzar en la negociación de las principales demandas que han puesto encima de la mesa los republicanos de cara a una eventual investidura”. Son demandas a las que el portavoz parlamentario de los republicanos, Gabriel Rufián, puso nombre durante la comparecencia ante la prensa posterior a la reunión que él mismo mantuvo con Pedro Sánchez y con el ministro Félix Bolaños: la amnistía, un referéndum y las competencias de la red de cercanías en Catalunya.

“Somos exigentes pero también responsables. Son demandas razonables. Hablamos demasiado, se tiene que hablar poco y negociar más, nosotros no vamos a entrar en la incontinencia verbal de otras formaciones políticas”, dijo Rufián en sala de prensa. Preguntado por la línea roja que supone para el PSOE el derecho de autodeterminación, respondió: “Ya sabemos cómo es el PSOE. Hace poco hablar de amnistía era una quimera. Puede que dentro de no mucho deje de ser una quimera hablar de un referéndum, dependerá de la fuerza que tengamos”.

Primera reunión con EH Bildu

El festivo del 12 de Octubre de este jueves supondrá un paréntesis en la ronda de reuniones de Pedro Sánchez, que volverá a tener un plato fuerte este viernes. El candidato del PSOE a la investidura se reunirá personalmente con los portavoces de Junts y de EH Bildu, propiciando dos fotos inéditas hasta la fecha.

Será relevante la instantánea con los de Carles Puigdemont, negociadores de la parte más compleja y delicada del camino a la investidura como es la ley de amnistía. Pero no lo será menos con los diputados independentistas vascos. Hasta hace no demasiado estaban excluidos incluso de la más elemental relación de cortesía parlamentaria, EH Bildu se convirtió la pasada legislatura en uno de los socios del Congreso más fiables para el PSOE.

Los socialistas ya se reunieron en 2019 con los diputados Mertxe Aizpurua y Oskar Matute, aunque lo hicieron los negociadores mandatados por Ferraz, Adriana Lastra, José Luis Ábalos y Rafael Simancas, y no el presidente del Gobierno. Pero esa foto que políticamente resultaba inasumible para Pedro Sánchez hace cuatro años se producirá este viernes en otro gesto de normalización política, en este caso, hacia la formación independentista vasca, a la que el PP y la extrema derecha siguen señalando como “herederos de ETA” o “filoterroristas” a pesar del camino recorrido .

Tras una semana en la que el candidato a la investidura ha escenificado su disposición a abordar la negociación de su investidura con todos los grupos políticos a excepción de Vox, ahora se espera que el líder del PSOE afronte un paso más. Una vez transcurridos dos meses largos desde las elecciones sin mencionarla, la semana pasada pronunció al fin la palabra “amnistía”. El siguiente escalón será empezar a dar algunas explicaciones sobre ella.



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