Cada cuatro años, el rito del debate presidencial que sigue siendo referente para las democracias del mundo se repite tres o cuatro veces, con reglas siempre iguales y controladas por periodistas. Se suele celebrar en un campus universitario, los participantes deben ajustarse a normas previas y se puede ver en cualquier televisión, medio o plataforma. Un periodista pregunta y repregunta a cada candidato, que tiene dos minutos para contestar y un minuto para replicar a su oponente, y los políticos, incluso los más rebeldes, se someten a las normas establecidas por una comisión independiente.