La senadora demócrata por California Dianne Feinstein, pionera de la mujer en la política estadounidense, ha fallecido este viernes. Tenía 90 años. Para los demócratas, la noticia de la muerte de la primera mujer que representó a California en el Senado de Estados Unidos, y la senadora que más tiempo llevaba en el cargo en la historia del país, es un golpe.
Enfrentada a crecientes dudas sobre su edad y estado físico, Feinstein tenía previsto retirarse al final de su mandato.
La carrera para sucederla en un escaño demócrata seguro ha atraído a candidatos de alto nivel: Adam Schiff, ex presidente del servicio de inteligencia de la Cámara de Representantes, se enfrenta a las congresistas Katie Porter y Barbara Lee.
El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, ha prometido situar a una mujer negra en cualquier escaño vacante.
Antes de entrar en la política nacional, Feinstein fue la primera mujer en ser alcaldesa de San Francisco. Se presentó dos veces al cargo antes de que, en 1978, el asesinato del alcalde George Moscone y del concejal Harvey Milk, hicieran acceder al puesto a Feinstein, de la junta de supervisores.
Tras dejar el cargo en 1988, Feinstein se presentó sin éxito a las elecciones a gobernador de 1990, antes de ganar su escaño en el Senado en 1992. Lo hizo junto a Barbara Boxer, convirtiendo a California en el primer estado en enviar a dos mujeres al Senado. Feinstein se convirtió en la primera mujer senadora por California porque juró su cargo en primer lugar, para completar un mandato inconcluso. Feinstein fue también la primera senadora judía.
Feinstein había acumulado un formidable historial, en particular pilotando una prohibición federal de armas de asalto en 1994 y, como presidenta de inteligencia, investigando la tortura de la CIA después del 11S.
En 2020, atrajo considerables críticas por su trabajo al frente de los demócratas en el comité judicial del Senado, en particular en la confirmación de Amy Coney Barrett, la tercera conservadora colocada en el Tribunal Supremo por los republicanos de Donald Trump.
Durante gran parte de 2023, incluida una larga ausencia de Washington por enfermedad, Feinstein y sus ayudantes se resistieron a las peticiones de que dimitiera.
Feinstein dejó su huella en Washington. En noviembre de 2022, dijo: “Es un honor increíble convertirme en la senadora que más tiempo lleva en el cargo en la historia de nuestro país, y estoy eternamente agradecida al pueblo de California que me envió aquí para representarle. Ha sido un gran placer ver a cada vez más mujeres recorrer los pasillos del Senado. Pasamos de dos senadoras cuando me presenté a las elecciones en 1992 a 24 en la actualidad, y sé que esa cifra seguirá subiendo”.
Sobre los cambios en el papel de la mujer en la vida pública de Estados Unidos y los desafíos de la derecha reaccionaria, afirmó: “Hemos visto enormes progresos, pero aún nos queda trabajo por hacer. Cuando llegué al Senado, Roe contra Wade [la sentencia del Tribunal Supremo de 1973 que garantizaba el derecho al aborto] era la ley del país, un derecho fundamental y una clara señal de que las mujeres tienen derecho a elegir lo mejor para sí mismas. Recientemente, el Tribunal Supremo anuló ese derecho. Y las mujeres siguen luchando por conseguir la igualdad salarial: siguen ganando sólo 84 céntimos por dólar en comparación con los hombres en el mismo puesto y a menudo luchan por conseguir derechos en el lugar de trabajo”.
