“Suprimiremos todos los organismos ideológicos y subvenciones a partidos, sindicatos, patronales y otros entes jurídicos. No habrá igualdad entre los españoles mientras una casta privilegiada viva del esfuerzo del español de a pie”. Esa es la teoría en el programa electoral de Vox. La práctica, que la Fundación Disenso, el brazo ideológico del partido que preside Abascal, se presentó en 2021 y 2022 a todas las subvenciones que Cultura y Exteriores dan a las fundaciones vinculadas a partidos políticos. Obtuvo casi 220.000 euros, que destinó a difundir su ideario con documentales y publicaciones.
Disenso nació en 2020 y, desde entonces, se financia básicamente con los millones que el partido Vox le envía cada año, que suman ya un total de siete, como publicó elDiario.es, lo que ha provocado cierta alarma en sus bases. De hecho, ha obligado al secretario del partido, Ignacio Garriga, a enviar una carta a la militancia justificando las transferencias. Disenso cuelga las cuentas cumpliendo con el mínimo legal exigido, pero ahí no da detalles de en qué empresas o personas los ha gastado, pese a que el dinero, al venir de Vox íntegramente, viene en realidad de los contribuyentes (recibe de las arcas públicas unos 10 millones, según sus resultados electorales) y las cuotas de los afiliados (5 millones). Ambas organizaciones de ultraderecha, tanto el partido como la fundación, están controladas por Abascal y son fiscalizadas por el Tribunal de Cuentas, que este año ha alertado sobre ingresos poco claros o gastos de tarjeta sin especificar en Vox. Días después de este informe y de la publicación de elDiario.es ha dimitido el gerente del partido, dimisión que la formación ultra desvincula de estas polémicas económicas.
