La Comunidad Valenciana reduce el IRPF a las rentas inferiores a los 60.000 euros
El Presidente de la Generalitat, Ximo Puig

La Comunidad Valenciana reduce el IRPF a las rentas inferiores a los 60.000 euros

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha anunciado una reforma fiscal. Se trata de una rebaja del tramo autonómico del IRPF para las rentas medias y bajas, y que beneficiará al 90% de la población.

Es el primer presidente autonómico socialista que entra en el juego de rebajas fiscales, pero él mismo contrapone su anuncio a las rebajas que el PP promueve en Madrid y Andalucía y que calificó de «elitistas».

«Ni inmovilismo ni regalos fiscales a las fortunas. Aquí, más ayudas a la mayoría social. Algunos bajan impuestos a los más ricos; aquí, ayudamos en la medida de nuestras posibilidades a llegar a fin de mes la mayoría de la sociedad».

Durante el debate de política general en las Corts, Puig ha apuntado que la reforma busca reducir el impacto de la inflación en las clases medias y trabajadoras.

La reforma fiscal de los tramos autonómicos entrará en vigor en 2023 y aumentará en un 10% la cantidad exenta de tributación de todos los ciudadanos. De esta forma, las rentas de 10.000 euros se ahorrarán un 21% del impuesto, las de 20.000 un 7,3%, las de 30.000 un 2,2% y las superiores a 60.000 quedarán igual que ahora.

El plan también incrementa en un 10% las deducciones y bonificaciones fiscales por hijos, por el alquiler, por familia numerosa, por conciliación, por gastos de guardería y por hijos menores de 3 años. Se podrán beneficiar rentas de hasta 30.000 euros.

Según Puig, las rebajas fiscales beneficiarán de forma directa a 1,3 millones de valencianos y valencianas. La Generalitat complementará el plan con la gratuidad del transporte público para menores de 30 años y una deducción de 100 euros para las hipotecas para rentas de hasta 30.000 euros.

Mientras, Galicia, que ya había anunciado la bonificación del impuesto de patrimonio, suma ahora una nueva rebaja, en este caso para adecuar el impuesto de la renta a la inflación y beneficiar a las rentas inferiores a los 35.000 euros.

El gobierno pide un discurso responsable

La portavoz del gobierno, Isabel Rodríguez, avisó de que bajar impuestos implica reducir los recursos disponibles para invertir en el estado del bienestar.

«Cada vez que hablamos de reducir la política fiscal, hablamos de reducir ingresos y recursos que después necesitaremos en forma de más maestros, más sanitarios o ayudas».

La ministra portavoz insistió en que la fórmula que defiende el ejecutivo es la de beneficiar a la «clase media y trabajadora» y hacer que «quien más tenga, más contribuya». Rodríguez ha afirmado que el gobierno «respeta» las decisiones de las comunidades autónomas, pero ha reiterado: «Este gobierno no quiere recortar».

Por eso –recordó Rodríguez– que el gobierno prepara un paquete de medidas fiscales que todavía está «ultimando» con «absoluto rigor» y «coherencia con la política europea».

De momento, sólo se plantea subir el IRPF a las rentas superiores a los 140.000 euros, además del nuevo impuesto a las grandes fortunas; una política fiscal en sintonía con las recomendaciones de Bruselas, que advierte de la necesidad de mantener la recaudación.

También es la receta del BCE, que defiende subir impuestos a los más ricos y a las empresas que, pese al choque energético, siguen siendo rentables.