Julián Nieva fue reelegido alcalde de Manzanares el pasado 28 de mayo, con mayoría absoluta. Será su tercer mandato. En una noche electoral de sobresaltos municipales para el PSOE, su triunfo vino a suavizar unos resultados para sus compañeros y compañeras de partido en Ciudad Real que han terminado por dar un vuelco en muchas poblaciones hacia la derecha. En buena medida con pactos PP-Vox, incluyendo la ciudad de Puertollano, en la que históricamente la izquierda había ganado en los últimos 44 años.

Cuando le preguntamos cómo vivió la noche del 28M nos traslada una sensación agridulce. Para su equipo «el resultado electoral fue absolutamente fantástico». Cree que «refleja la realidad política en la que se encuentra Manzanares. Somos una ciudad que tiene unos indicadores muy positivos desde el punto de vista económico y la gestión se ha valorado al alza».

Es ahí donde encuadra el resultado electoral a pesar, dice, del intento «sobre todo por parte del PP, de que la campaña no girase sobre aquello que importa a los ciudadanos. Lamentablemente en otros sitios consiguieron que no se hablase de lo municipal o de lo regional». 

Ciudad Real, Puertollano, Tomelloso, Socuéllamos… o la Diputación Provincial tenían gobiernos socialistas y ahora lo son de derechas. ¿La ciudadanía quería cambio?

No, yo creo que no. A día de hoy incluso pienso que muchos ciudadanos no han entendido lo que ha pasado y probablemente la reflexión la hayan hecho a posteriori. Ese es quizá el gran problema que tenemos en España y en otros países de Europa: las reflexiones no se pueden hacer después de votar, sino con carácter previo.

El que quiera votar populismos que lo haga, pero que lo asuma. Lo que no vale es votar y luego decir: “¡Es que no pensé que fuéramos a perder la Diputación!”. Algunos no se lo podían imaginar en un contexto de elecciones autonómicas y municipales, donde la gestión había sido extraordinaria, con indicadores que dicen que Castilla-La Mancha es ahora una comunidad muchísimo mejor y con ciudades como Puertollano, Tomelloso o La Solana donde el trabajo que se ha hecho es muy, muy valorable.

Creo que hay que hacer un llamamiento de cara al 23 de julio. No es comprensible que eso haya pasado con el mínimo esfuerzo, con candidaturas sin experiencia, con políticos que no sabemos lo que darán de sí y en algunos casos con coaliciones PP-Vox.

El peligro de involución es real. Habrá ciudades que tendrán un serio retroceso y Manzanares es un hecho excepcional si lo ponemos en este contexto.

¿Y cuál es su fórmula para ese “hecho excepcional”?

Gestión como la de Manzanares seguramente la ha habido en otras localidades. Indicativos económicos positivos puede que también, pero lo que creo que hemos conseguido es aislar el debate de lo que no era importante y centrarlo en lo que de verdad importaba.

No podíamos permitir que se hablase de Bildu o de otras cosas que nada tenían que ver con Manzanares y sí de cosas importantes como la tasa de desempleo que tiene nuestra ciudad, de la actividad económica y las empresas, de los proyectos de energía solar fotovoltaica… En definitiva, de todo aquello que hace que seamos referencia.

Valoro también el resultado de manera positiva porque aritméticamente lo es, con el 54% de los votos entre cinco candidaturas. Hemos sacado uno de los mejores resultados de la provincia y de la región entre las poblaciones de relativa importancia. Creo que acertamos en la estrategia de que no se nos llevase a un debate que no era el que legítimamente estaba sobre la mesa.

Excepcionalmente hemos hecho cinco actos políticos en una ciudad como la nuestra y logramos concentrar a más de 2.000 personas. No valía con el clásico mitin dos días antes. Después creo que teníamos solvencia basada en la trayectoria y la imagen de la alcaldía y del equipo de gobierno en conjunto que los ciudadanos han puesto en valor.

Manzanares tiene un voto trasversal y hay personas de centro, con ideología que no tiene nada que ver con el PSOE y que nos ha dado su apoyo porque saben que la gestión es inmejorable.

En Manzanares entra Vox por primera vez y se ha colocado como tercera fuerza más votada. ¿Cómo lo interpreta?

Entró de forma muy justa. Lo interpreto de forma general: no hay ninguna reflexión cuando se vota a Vox. Creo que hay determinados ciudadanos a los que también tenemos que dirigirnos porque probablemente han cogido la papeleta de Vox sin meditar mucho lo que estaba sucediendo.

El 5,6% del voto a Vox es menor que en otras localidades, pero sí lo interpreto como un peligro en el contexto general. Es muy trasversal y muchas capas de población están cogiendo esa papeleta porque los discursos populistas se compran. Después viene el arrepentimiento. Ese peligro subyace de cara al 23 de julio.

Hay que hacer un esfuerzo pedagógico y explicar que lo que pasa en la realidad diaria del ciudadano tiene mucho que ver con las políticas progresistas que se han hecho.

¿Teme ahora que esa involución de la que habla pueda producirse en la Diputación de Ciudad Real que, previsiblemente, gobernarán PP y Vox?

En el mejor de los supuestos habrá un retroceso. En el peor, una involución si no supieran interpretar que la Diputación es un organismo que tiene que asistir a toda la provincia de Ciudad Real, tal y como se ha hecho bajo la Presidencia de José Manuel Caballero.

Somos 102 pueblos y tres entidades menores. Las políticas que se han hecho desde la Diputación son muy poco mejorables porque se han cubierto todas las necesidades de una provincia como la nuestra con más de 20.000 kilómetros cuadrados. Es la tercera más grande de España. Tiene parques nacionales, un proyecto turístico excepcional, con programas novedosos, con proyectos para luchar contra la despoblación…

Se han invertido 560 millones de euros en cuatro años y hemos sido capaces de llegar al último rincón. La Diputación la ha ganado el PSOE, pero me temo que el pacto PP-Vox hará que gobiernen otros.

Hay que asumir la realidad democrática de los pactos, pero también el peligro: no sabemos lo que la extrema derecha es capaz de dar de sí. Lo que sí sabemos es lo que da de sí el PP sin Vox. Lo supimos en 2011 y tuvimos la mayor política de recortes en la historia de la democracia.

Y ahora para el 23J el PP no dice lo que va a hacer. Solo nos pone en la tesitura de Pedro Sánchez o España. ¿Pero de qué estamos hablando? Pedro Sánchez y España son lo mismo. Como Julián Nieva y España son lo mismo. Lo que hay que poner sobre la mesa son programas electorales y luego… cumplirlos.

Hoy ya no se habla de programas electorales…

Pero que es que en España se han reconocido los derechos a las mujeres en todos los ámbitos, los que legítimamente tienen: a las cuidadoras que no tenían derecho a la Seguridad Social, a las empleadas de hogar que hoy tienen derecho a prestaciones por desempleo, a los pensionistas, solo en Ciudad Real más de 100.000 han tenido una subida de más del 8,5% y es una cifra histórica. Las pensiones no contributivas un 15%. O las becas para los jóvenes…

Parece mentira que en 2023 estemos hablando de si la igualdad de derechos entre hombres y mujeres es planteable. Es una ofensa absoluta al sistema. Es inadmisible. Hay que evitar el retroceso en derechos y libertades, especialmente de carácter social.

Estoy convencido de que lo que tiene planteado el PP para este país son los recortes en derechos y más con Vox. Hay que dejar claro que los derechos no son eternos. Se tienen hasta que otro viene y te los quita.

Usted es candidato al Senado por el PSOE para el 23 de julio. No sé si es un reto ‘sustituir’ a un histórico en la Cámara Alta como es el alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín que ha dicho que será su última legislatura como alcalde. El Senado debería ser referente para comunidades autónomas y municipios…

Para mí es un honor que me hace mi partido y una responsabilidad. Estaré a la altura. Durante ocho años he sido diputado provincial y estoy adaptado a compaginar la alcaldía con otras responsabilidades políticas importantes. Me lo puedo permitir gracias al magnífico equipo de gobierno que tengo.

Quiero demostrar que el Senado es una Cámara útil, muy útil. Otra cosa es que a veces se intente considerar lo contrario. Manzanares y la provincia de Ciudad Real tienen importantes proyectos y los vamos a pelear. No quiero que se considere un regalo de despedida, sino que se envía a Madrid a un batallador dispuesto a dar esas batallas y ganarlas.

¿Pero me está diciendo que son sus últimos cuatro años en política?

(Risas) No, no. Lo que digo es que a quien se manda a Madrid es a un trabajador incansable, con capacidad para sacar adelante proyectos.

¿Cuál será su principal objetivo en la campaña electoral?

Me gustaría poder exportar lo mismo que hemos hecho en Manzanares. Y eso es que los ciudadanos centren el debate y sepan de lo que hablamos.

Creo que hay que agrupar el voto progresista y sé que esto viene de siempre. Con todo respeto a todas las organizaciones progresistas que no son el PSOE, en una provincia como la nuestra el Partido Socialista es el único que consigue representación.

La división del voto perjudica el resultado. Históricamente se ha llamado ‘apelar al voto útil’, pero es que o lo es, o no sirve. Cada vez practicamos más el pragmatismo al votar y felizmente menos el dogmatismo. Eso me parece muy sano intelectualmente hablando. Mi misión será la pedagogía y en cada lugar donde tenga que hablar, intentaré centrar la realidad: le diré al ciudadano que el Salario Mínimo Interprofesional estaba en 735 euros y ahora está en más de 1.000. O que las pensiones jamás se subieron antes un 8,5%, en un país con 10 millones de pensionistas.

Y si yo fuera mujer no podría votar a quienes todavía plantean si las mujeres son iguales a los hombres. Y si fuera trabajador no podría votar a una organización política que, como mínimo, no defienda que mi salario mínimo sea de 1.080 euros.

Han iniciado ustedes una campaña para que la gente se anime a votar por correo. La fecha del 23J no ayuda…

No ayuda, pero yo estoy convencido de que hay batalla. Y la decisión es acertada porque esperar a las fechas teóricamente previstas para las elecciones podría ocasionar un excesivo desgaste que, sinceramente, solo fomenta que no se hable de lo esencial.

Europa valora los indicadores económicos de España entre los mejores de la Unión Europea. Tenemos cerca de 21 millones de personas trabajando y eso no ha pasado nunca. Tenemos el mejor índice de crecimiento de toda la Unión Europea y eso no se pone en valor. ¿Por qué? Sencillamente porque nos quieren envolver en el mantra de otro discurso.

Esta semana se han constituido las Cortes de Castilla-La Mancha con una nueva mayoría absoluta de Emiliano García-Page, la única del PSOE en España… ¿Qué papel cree que debe jugar el presidente regional en este contexto?

El resultado demuestra que Emiliano García-Page llevaba razón. Había que saber qué discursos había que hacer en nuestra tierra para que no nos pasase lo que les ha pasado a otras. Y eso se lo han reconocido sectores de la economía y de la población en general que quizá ideológicamente no son tan coincidentes con el presidente. Ha sabido conectar.

Emiliano tiene un papel determinante en la política nacional. No hay que dudarlo. Yo sé que tanto él como todos los socialistas nos vamos a matar para que Pedro Sánchez siga siendo presidente. Nos interesan más los ciudadanos y nuestro país que ninguna cosa. Para patriotas nosotros. Después el resultado electoral, como todo en la vida, determinará qué pasa.



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