Consulta a la militancia, sí pero no sobre la amnistía. El Comité Federal del PSOE aprobará hoy la pregunta que someterá a consulta de sus bases para lograr el plácet a un todavía hipotético gobierno de Sánchez.
“¿Apoyas el acuerdo para formar un gobierno de coalición con Sumar y lograr el apoyo parlamentario de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria?”
Este es el redactado que Pedro Sánchez, según ha podido saber este diario de fuentes de la dirección, someterá al parecer de los afiliados durante toda la semana próxima, ya que la votación podrá ser online o presencial en las agrupaciones del partido hasta el próximo sábado 4 de noviembre.
Tras varias semanas de silencio estruendoso sobre la negociaciones con los independentistas y el acuerdo de gobierno con Sumar cerrado esta semana, el secretario general de los socialistas salva así el trámite estatutario al que le comprometen los Estatutos del partido y que le obligan a contar con el aval de los afiliados para los “acuerdos de Gobierno en los que el PSOE sea parte”. Nada dicen las normas internas sobre los pactos de legislatura o alianzas parlamentarias, si bien la dirección ha considerado incluir ese genérico para evitar más bulla.
En la consulta reclamará el aval de la militancia no solo sobre el pacto ya suscrito con Sumar, igual que hizo en 2019 sobre la coalición con Podemos, sino también sobre los eventuales acuerdos que pueda alcanzar con el resto de grupos parlamentarios imprescindibles para articular una mayoría de investidura, incluidos Junts y Esquerra y de los que aún nada se conoce. Con este inesperado movimiento que anticipó el secretario general del PSOE desde Bruselas, Sánchez reclama un cheque en blanco para lo que salga de sus conversaciones con el independentismo catalán por muy genérica que sea la pregunta. El resultado, que la dirección espera salvar con una abrumadora mayoría, servirá de aval para la controvertida medida de gracia y para acallar las voces discrepantes de ex dirigentes del partido, como Felipe González o Alfonso Guerra.
Lo cierto es que más allá del viejo socialismo, no hay socialista que defienda con entusiasmo la amnistía, si bien la mayoría considera que es un paso inevitable para evitar una repetición de las elecciones y culminar la senda de reconciliación y convivencia que Sánchez ha seguido en sus cinco años de Gobierno con Catalunya primero con los indultos a los condenados por el procés y después con la reforma de los delitos de sedición y malversación.
Sánchez es tan consciente de que cuenta con el respaldo del socialismo para cerrar el paso a una alternativa de gobierno de PP y Vox como del malestar generado entre las bases por el precio a pagar por ello al independentismo catalán.
Hoy se espera que ante el Comité Federal, Sánchez entre en detalles que hasta ahora ha evitado sobre el alcance y los términos de la amnistía y que el máximo órgano entre congresos emita su parecer sin más reproche que el que ya se da por descontado de Emiliano García Page. El presidente de Castilla La Mancha es el único barón que ha elevado la voz contra una entente con los de Puigdemont, junto con el secretario general de Aragón, Javier Lambán, que no asistirá al cónclave por razones de salud.
