Bárcenas a juicio por la caja B del PP con Aznar y Rajoy

Bárcenas a juicio por la caja B del PP con Aznar y Rajoy

«Cómo quieren que no conozca la contabilidad del PP el señor Rajoy si recibía un sobre que le entregaba el señor Álvaro Lapuerta directamente a su despacho mientras estuvo en Génova y que le llevaba al ministerio cuando era ministro!», Exclamaba Luis Bárcenas la mañana del 23 de enero de 2015 en la puerta de su domicilio.

La exclamación dejaría paso a la contención durante el juicio de la Gürtel en 2017 – «no responderé a la pregunta», repetía una y otra vez-, pero la Audiencia Nacional abre hoy el juicio de la caja B del PP por el pago en negro a la firma Unifica de los 900.000 euros que costaron las obras de la sede de la calle Génova, y Bárcenas irrumpe como el polvorín que podría desestabilizar desde los apacibles retiros de Mariano Rajoy y de José María Aznar hasta el presente y el futuro de Pablo Casado.

El juicio de la caja B es sólo la casilla de salida del calvario judicial que, en 2021 reserva al PP, que soportará una tormenta perfecta con Púnica, la Kitchen, el caso Lezo y el caso de los papeles de Bárcenas.

La vista que se abre hoy con las cuestiones previas, y que se prolongará hasta el 20 de mayo, está centrada en la reforma de la sede central -Gènova, 13- con dinero negro procedente de la caja B del PP y ocultado a Hacienda y al Tribunal de Cuentas.

En el banquillo están los responsables de la firma Unifica -Gonzalo Urquijo, Belén García y Laura Montero, para los que la fiscalía pide tres años de prisión- y el gerente del PP Cristóbal Páez, que se enfrenta a un año y medio de prisión y que puso en riesgo la vista por el contagio por Covid-19.

Pero el gran protagonista es Bárcenas, que hace frente a cinco años de prisión por delito fiscal, falsedad documental y apropiación indebida.

Condenado en firme a 29 años de cárcel -que está cumpliendo en Soto del Real desde mayo de 2018- por la época primera de la Gürtel y no habiendo salvado a su mujer, Rosalía Iglesias, de ingresar en Alcalá-Meco en noviembre, el extesorero del PP vive este juicio y las futuras causas con la libertad de saber que ya no le pueden pedir más años, y esto lo hace un libertino peligroso para el viejo PP y para el nuevo PP.

Después de la primera cata en forma de escrito a la fiscalía anticorrupción con afán de colaborar aportando más pruebas sobre Rajoy, Aznar y Esperanza Aguirre, ayer salpicó a Casado desvelando en una entrevista a El Mundo que el actual PP ha buscado su silencio sin éxito.

«Ha habido una negociación llevada a cabo por un íntimo amigo mío con dos personas muy vinculadas al PP actualmente, en la que, a cambio de enterrar el hacha de guerra y retirarme como acusación en el caso de los discos duros, me ofrecieron unas contrapartidas muy claras que, una vez más, y comienzo a estar acostumbrado, los interlocutores del PP no han cumplido», relató como aperitivo de lo que puede hacer desde el banquillo.

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