Vox activa a la izquierda y hace que cambie el escenario de Ayuso

Vox activa a la izquierda y hace que cambie el escenario de Ayuso

«Tu mujer, tus padres y tu estáis sentenciados a la pena capital». Podría ser la frase de un bestseller del Día del Libro, pero es parte del contenido de la carta que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, recibió acompañada de cuatro balas este jueves en su casa. La campaña madrileña ha subido de tono y deja atrás las gracias sobre las ocurrencias de Ayuso.

Las amenazas de muerte son el último estadio de un proceso que comenzó en 2019, cuando Vox irrumpió en las instituciones y la ‘mass media’ le colocó la alfombra roja con amables entrevistas en programas como El Hormiguero. Ese día Abascal criminalizó a los menores extranjeros no acompañados, y nadie lo censuró.

Desde entonces el blanqueo se ha extendido a todos los ámbitos. En el Congreso, donde la presidenta Meritxell Batet no ha detenido los ataques personales y los discursos xenòfobos y también en la judicatura, donde se han archivado las causas y los magistrados han avalado impunemente carteles como el de los MENA en Madrid.

En sólo tres años Vox ha conseguido la gran victoria estratégica de desplazar a toda la política española diez grados a la derecha. Tocó el cielo en la foto de Colón, donde Abascal ponía aceptado por el PP y por Cs como un compañero de viaje homologable. Después, los 52 escaños en el Congreso.

Un error fatal de la derecha que a la larga ha comportado el derrumbamiento de Ciudadanos y ha forzado a Pablo Casado a asumir postulados ultras para no perder cuota de votantes. Fue Casado y no el líder de Vox, quien tildó de «ilegítimo» y «traidor» a Pedro Sánchez en el hemiciclo.

La sonrisa maléfica de Isabel Díaz Ayuso y su apuesta por el choque frontal con el gobierno de Sánchez gusta a los electores de Vox. Tanto que cuatro de cada 10 votantes de Vox de 2019 cogerán la papeleta de Ayuso el día 4 de mayo, según el CIS.

El PP lo tenía en el saco y bien atado hasta que el barómetro del 5 de abril puso de manifiesto un agujero en la estrategia de estos comicios. La candidata popular ha penetrado tanto al electorado de Vox que dejaba a los de Abascal pocas décimas por encima del 5% que marca la frontera entre entrar o no en la Asamblea de Madrid.

Con Ciudadanos fuera de juego y Vox tambaleándose, a Ayuso sólo le quedaban dos opciones: o aspirar a conseguir sola la mayoría absoluta, o aplicar respiración asistida a Vox para que mantuviera sus opciones electorales, superior al 5 %, y le proporcionara al menos los siete escaños que obtienen los que entran en la Asamblea.

La izquierda se activa

El cartel de Vox en el metro de Madrid ha marcado el cambio de ciclo. El PSOE ya no buscará más el voto «centrista» de Ciudadanos, básicamente porque ha descubierto que votará al PP. Gabilondo, Iglesias y García no intercambiarán más reproches. Toca ir todos a una contra Ayuso, con Vox como diana para desgastar al flanco de la presidenta madrileña.

La clave es la movilización. El show en el debate de la Cadena Ser, las amenazas de muerte y los discursos abiertamente xenófobos de Vox están despertando al electorado del PSOE, Podemos y Más Madrid a marchas forzadas.

Las apariciones de la ultraderecha en las televisiones ya no les benefician, sino que refuerzan las opciones de sus rivales.

El último CIS lo adelanta. La izquierda suma 7 puntos de movilización de sus votantes respecto a hace tres semanas. La media de movilización de electores del PSOE, Más Madrid y Podemos llegan al 85,9%, ya muy cerca de la derecha, que se sitúa en el 87,8%.

A 10 días de las elecciones la radicalización de la campaña amenaza con hacer girar la tortilla.

Vox activa a la izquierda y hace que cambie el escenario de Ayuso