¿Un acuerdo pirata con la extrema derecha italiana?

¿Un acuerdo pirata con la extrema derecha italiana?

El 16 de septiembre, varias plataformas italianas de reparto de comida dieron a conocer el convenio colectivo firmado con el sindicato minoritario de extrema derecha UGL.

«Este es un importante paso adelante que demuestra que es posible incrementar la seguridad de los trabajadores autónomos en la Unión Europea», asegura Matteo Sarzana, director gerente de Deliveroo Italia y presidente de la organización empresarial Assodelivery.

Este acuerdo se enmarca en lo que el consejero delegado de Uber denomina una «tercera vía» para las personas que trabajan en estas plataformas: una condición de autónomos, pero remuneración garantizada y una serie de ventajas.

“[El acuerdo] valida la flexibilidad del trabajo, que es un elemento clave buscado por [los repartidores]. En segundo lugar, les da más derechos sociales, por los que empresas como nosotros están dispuestas a pagar”, dice Sacha Michaud, cofundador de Glovo.

En noviembre de 2019, Italia aprobó una ley que garantizaba a los trabajadores de plataformas el derecho a la baja por enfermedad y seguridad social, al tiempo que conservaban su condición de autónomos.

Le estaba dando a las empresas de reparto a domicilio un año para llegar a un acuerdo con los sindicatos, de lo contrario, el gobierno intervendría para establecer reglas adicionales.

Por tanto, el acuerdo con la UGL les permite evitar nuevas regulaciones, en particular en lo que respecta a la retribución mínima.

Ira de otros sindicatos

“El convenio [con la UGL] daría a los trabajadores un salario mínimo bruto por hora de 10 euros, bonificaciones por trabajo nocturno y con mal tiempo, equipo de seguridad y seguro de daños. Las plataformas también se comprometen a mantener la transparencia de su sistema de archivo y no a castigar a los mensajeros que se niegan a trabajar”.

Este acuerdo plantea dos cuestiones.

En primer lugar, la UGL es un sindicato cercano a la extrema derecha: es el sucesor del CISNAL, que estuvo vinculado al partido neofascista MSI, y sus líderes apoyan a la Liga, el partido italiano de extrema derecha.

A continuación, la UGL es una organización minoritaria y no representativa; los principales sindicatos italianos, como UGIL, defienden la condición de empleados para los repartidores.

Este último, que redactó otro convenio en este sentido ya suscrito por veintiuna organizaciones empresariales, denuncia el de la UGL.

“Este será el primer convenio colectivo que priva a los trabajadores de sus derechos”, lamenta Valerio De Stefano, profesor de derecho laboral en la Universidad de Lovaina.

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