Los médicos de primaria del sur de Madrid, en el límite físico y mental
Se sienten abandonados por la clase política. No les valen los aumentos de sueldo. Quieren que se mejoren las condiciones de trabajo y tener más recursos, más personal. Desde el inicio de la pandemia, las consultas por ansiedad o depresión han crecido un 30% en el Servicio de Atención a la Salud de los profesionales del Colegio de Médicos de Madrid.
«Estamos agotados, agotados en todos los niveles y nos sentimos muy maltratados».
Lo dice Yolanda Carbajal, médico de familia del Centro de Salud Villa de Vallecas de Madrid, desde hace 8 años. Un ambulatorio que da servicio a más de 28.000 personas, unos 24.000 adultos y el resto niños.
Son una treintena de profesionales, entre médicos y enfermeras, y este verano quedaron sólo 7 por bajas o vacaciones. Tenían que atender hasta a 80 pacientes al día por médico. Muchos han llegado a doblar jornada.
«Doblar? Físicamente, no lo sé, pero mi cabeza, doblar a estas alturas, después de seis meses, no se si lo aguantaré mucho tiempo», dice Yolanda, que entra antes de tiempo a su puesto, consciente del trabajo que le espera.
Están perdiendo las cadenas de transmisión, y el colapso en los laboratorios hace que los resultados de las PCR, los lleguen demasiado tarde. Ante este inconveniente, los médicos se han convertido ellos mismos en rastreadores de los pacientes ya que, los que les habían prometido, no han llegado. Es la fórmula que ha adoptado Alberto Barbado, uno de los médicos del equipo desde hace 5 años.
«Lo que hago es seguir el paciente e insistirle en que se quede en casa, porque independientemente de que sea positivo o negativo, lo más importante es que se quede en casa, es el aislamiento».
Además, insiste porque trabaja en una zona donde la mayoría de sus pacientes, les cuesta quedarse en casa, porque, si no, les puede faltar el plato en la mesa o no poder pagar el alquiler, la luz o el agua. En Vallecas, muchos vecinos viven de contratos precarios, cuando tienen. Como dicen aquí, la economía es «en B».
«Retrasos de 10 días»
En el Centro de Salud de Carabanchel, la situación tampoco mejora mucho. Aquí las esperas para obtener los resultados de una PCR han superado los 7 días.
Así lo explica el doctor Jorge Hurtado, médico de familia que ha conseguido un contrato hasta finales de año en el ambulatorio de Carabanchel:
«Hemos tenido retrasos de más de 10 días. Con lo cual, todo el control, la estrategia de seguimiento de contactos no tenía ningún sentido. Hemos llegado a dar altas de aislamiento en pacientes, sin que tuviéramos todavía el resultado de su PCR, porque ya había pasado el tiempo de confinamiento indicado».
La Covid ha pasado por delante de todo y los sanitarios no dan para más. Y alertan de que se está llegando tarde en algunos diagnósticos, muchos incluso graves, por todo lo que se deja de hacer:
«He diagnosticado algunos pacientes con cáncer y hemos llegado a tiempo, pero si hubiéramos podido llegar tres meses antes, tal vez deberíamos haberlo cogido mucho mejor. Pero estamos tan desbordados, que aunque no queramos, podemos llegar tarde».
Lo explica el doctor Alberto Barbado entre indignado y resignado:
«Los pacientes no venían por miedo a la Covid o porque pensaban que no era importante …. y han llegado tarde».
Explica casos de diabetes, hipertensiones o cuadros oncológicos:
«He tenido el caso de una abuela que no se hacía las revisiones, porque no podía ir al hospital y terminó la diálisis. Y otra paciente, que con 60 y pocos años, le he acabado diagnosticando cáncer de mama».
La doctora Carbajal, que todavía habla con optimismo y se muestra comprensiva con las quejas de los pacientes, no se muerde la lengua, en cambio, y es contundente cuando dice lo que piensa sobre los gestores políticos:
«Ya no nos pueden callar subiendo el sueldo. Tiene, 100 euros … Ya no es el dinero, son las condiciones. Nuestras, las de poder atender a la gente, para poder hacer bien tu trabajo y sentirte satisfecho. Tal como estamos ahora, lo haces todo deprisa y corriendo, con el miedo que se te escape algo».
«No se piensa en la primaria»
El doctor Jorge Hurtado, acaba de terminar la residencia, pero con el poco tiempo que hace que trabaja, tiene una opinión formada de cómo funcionan las cosas y de cómo se podrían mejorar:
«Cuando se piensa en la sanidad, se piensa en los hospitales y en cómo se organizarán las cirugías. En cambio, en la atención primaria se piensa poco. y esto repercute en que, lógicamente, el hospital después vaya peor».
La situación en los barrios del sur de Madrid se ha agravado en los últimos meses por las condiciones sociales del vecindario. Pisos pequeños, con muchas personas conviviendo, habitaciones realquiladas, pocos trabajos, y con una población fuertemente envejecida, el doctor Barbado explica que está apareciendo otro virus, que también les pide tiempo:
«Haces visitas a domicilios, llamas por teléfono, haces algo de psicólogo, de amigo, de familia, porque hay gente que lo está pasando muy mal. Sola. Y ya no es una enfermedad, es soledad, y miedo».
Nadie duda del esfuerzo de los sanitarios, pero ellos tienen claro que también tienen un límite. Si la situación se tensiona más, ellos irán detrás. El Servicio de Atención de Salud a los profesionales del Colegio de Médicos de Madrid ha recibido un 30% más de consultas por cuadros ansiosos o depresivos, desde el inicio de la pandemia.
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