Demasiado bello para ser posible: por primera vez en la Transición interminable, Julio Pacheco Yepes, una de las numerosas víctimas de las sistemáticas torturas que sufrían los activistas políticos antifranquistas detenidos por la ominosa Brigada Político-Social (en realidad, Brigada de Investigación Social, BSI), iba a ser oído ante un tribunal español.