La Unión Europea es vulnerable a los sobornos de los Lobbies

La Unión Europea es vulnerable a los sobornos de los Lobbies

No existe una regulación obligatoria para informar o registrar actividades de lobby.

Los registros proporcionados por las organizaciones de cabilderos en la UE son voluntarios e incomprensivos y no proporcionan mucha información sobre los intereses específicos representados o cómo se financia.

Esto era así cuando en la Unión Europea esta el Comisario Kallas, cuando lanzó la ‘Iniciativa Europea de Transparencia’, hace ya 14 años.

La mayor parte de este análisis sigue siendo cierto hoy en día, a pesar del progreso que se ha logrado claramente en los últimos años: todavía no existe una regulación obligatoria, el registro es voluntario y muchas de las organizaciones que figuran en el registro actual proporcionan información incompleta, sin sentido o información falsa absoluta sobre sus actividades específicas y su financiación.

Al mirar más de cerca, vemos que tanto el Parlamento Europeo como el Consejo han desarrollado sus respectivas excusas (legales) de por qué no pueden restringir el acceso de los cabilderos que se niegan a jugar con reglas básicas y publicar información mínima sobre sus actividades y finanzas.

Los miembros del Parlamento argumentan que ya no son libres en sus decisiones de votación si tienen que revelar quién les proporciona enmiendas o indicaciones de votación a puerta cerrada.

Las representaciones de los Estados miembros sostienen que caen únicamente bajo la jurisdicción nacional, donde no existen registros de lobby que funcionen, salvo en Francia e Irlanda.

Una simple decisión de los Estados miembros podría cubrir al menos a sus embajadas, pero eso ni siquiera se está discutiendo. Aunque usan argumentos ligeramente diferentes, el resultado es el mismo:

La propuesta hecha por la Comisión en 2016 para un registro obligatorio de lobby fue un paso en la dirección correcta, pero varios escándalos han expuesto debilidades adicionales del sistema propuesto.

Una investigacion en los Estados Unidos, encargado de descubrir la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, expuso el riesgo de influencia extranjera en la UE.

Con la participación de ex jefes de gobierno europeos, organizaciones secretas de lobby y dinero sucio canalizado a la política nacional, las acusaciones resultantes muestran una imagen preocupante de las debilidades de Europa para encubrir los esfuerzos para influir en los tomadores de decisiones y subvertir la opinión pública.

El caso puso de relieve una vez más la insuficiencia de las normas de cabildeo de la UE, tanto en términos de transparencia como de capacidad para verificar la idoneidad de la información revelada.

Otros casos de influencia extranjera encubierta, como el fondo ilegal de 2.500 millones de euros descubierto en el caso de lavandería azerbaiyana, demuestre que ya es hora de que los líderes de la UE se tomen en serio la protección de nuestro sistema democrático de la corrupción política y la influencia indebida, ya sea extranjera o nacional.

Combinado con el uso cada vez mayor de las redes sociales para sembrar la desconfianza y fomentar el descontento, hay demasiados caminos dentro de la UE a través de los cuales los intereses extranjeros y especiales pueden ocultar sus verdaderas intenciones.

Las normas actuales de la UE sobre la transparencia del lobby no consideran las actividades de los gobiernos de terceros países como lobbying.

El nuevo Registro de Transparencia de la UE obligatorio propuesto no soluciona este vacío legal; de hecho, crea más excepciones para las entidades públicas subnacionales.

También seguimos viendo muchas organizaciones registradas que no declaran la verdadera extensión de sus actividades de cabildeo.

Incluso cuando esto se descubre, como en el caso de Monsanto que declara menos de un millón de euros sus gastos de lobby, permanece sin consecuencias ni sanciones.

Otros grupos de presión aún se niegan a registrarse a pesar de ser invitados por la Secretaría Conjunta.

Si las instituciones quieren cumplir la promesa de 13 años de más transparencia en el lobby y frenar la influencia indebida de intereses especiales extranjeros y nacionales, los negociadores de todas las instituciones de la UE deberán ir mucho más allá de sus posiciones actuales.

Transparency International EU y las principales asociaciones que representan a los profesionales de asuntos públicos de la UE (SEAP), consultorías (EPACA) y abogados (CCBE), así como grupos paraguas, como el European Youth Forum y Social Platform, ya enviaron hace dos años una carta conjunta a las instituciones de la UE pidiendo un sólido registro de transparencia obligatorio.

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