La Policía apunta a un accidente como principal hipótesis de la muerte de Pablo Sierra, a la espera de la autopsia

La Policía Nacional ha apuntado este viernes que la principal hipótesis de las circunstancias que rodean a la muerte de Pablo Sierra, el joven estudiante desaparecido hace 15 días en Badajoz, es la que se debió a un accidente, según ha señalado el inspector jefe Chema Gordillo.

Este mando policial ha reiterado que se mantiene el secreto de sumario y que, por tanto, hay que esperar a la autopsia que se practique al cuerpo. En este sentido, ha indicado que barajan como principal hipótesis la muerte accidental del joven, aunque subrayando que «no se descarta absolutamente nada».

En la comparecencia de este viernes, el inspector jefe de la Policía Chema Gordillo ha hecho hincapié en que se sigue el secreto de las actuaciones decretado por el Juzgado de Instrucción 3 de Badajoz. Según este mando, «siempre» han seguido varias líneas de investigación, aunque «la más consistente siempre ha sido que se ha realizado por accidente» y que «el chaval ha sufrido un accidente».

«El chaval tenemos constancia de que se dirigía a la Residencia Universitaria Rucab, y en el trayecto se ha equivocado de dirección y por el motivo que sea ha aparecido en el río», ha detallado, para matizar que, una vez que ha aparecido el cuerpo, siguen con la línea de investigación de que «ha sido un fatal accidente lo que ha sufrido este chaval», y que una vez se realice la autopsia podrán dar más datos.

La delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, ha indicado que el cuerpo encontrado en el río Guadiana es «presumiblemente» el de Pablo Sierra. El cadáver, según ha añadido en una rueda de prensa, se encuentra en el Instituto de Medicina Legal, y es aquí donde se tiene que confirmar su identidad.

No obstante, ha reiterado que «todo indica» que se trata del joven de 21 años de Zorita (Cáceres) y ha aprovechado para trasladar un «fortísimo abrazo» a su familia. El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, también ha trasladado su pésame y el de todos los extremeños a la familia de Pablo Sierra.

RECUPERADO DEL AGUA POR LOS GEO

A las 11.43 horas de este viernes, la Policía Nacional ha informado en su cuenta de Twitter del fatal desenlace de una búsqueda iniciada el 2 de diciembre. «Desgraciadamente, todo indica que el cadáver hallado es el de Pablo Sierra. DEP», ha señalado este cuerpo policial. La familia del joven ya había sido avisada para proceder a la identificación.

El cuerpo ha sido localizado sobre las 10.00 horas en el Pico del Guadiana por el Grupo Especial de Operaciones (GEO), que había trasladado a un equipo a la zona. A las labores de búsqueda se han sumado perros de la unidad canina.

El joven de 21 años, estudiante de Medicina, fue visto por última vez en la calle Zurbarán de la capital pacense el jueves 2 de diciembre tras salir con amigos en una zona de ocio y bares. Desde entonces se le buscaba por la zona del Pico del río Guadiana, tras encontrarse su teléfono móvil.

EL TELÉFONO MANCHADO EN LA ORILLA DEL RÍO

Los investigadores han buscado al joven estudiante de Medicina desde que no volvió a su residencia universitaria Rucab. Su teléfono móvil lo encontró un militar que paseaba por la orilla del río, en una zona cercana a donde ha aparecido el cadáver.

El terminal móvil presentaba manchas con lo que parecía restos de sangre, según el testimonio de esta persona que lo encontró y de la primera visual, aunque esto último estaba pendiente de análisis. Según han informado a Europa Press fuentes de la investigación, finalmente se ha descartado este extremo.

La investigación, declarada secreta, indagó desde el primer momento sobre las circunstancias de la desaparición, barajando si se debía a circunstancias violentas o a un accidente. Para ello se recabó el testimonio de las personas que se cruzaron con Pablo la noche que desapareció.

Joaquín Amills, el portavoz de la familia del joven de 21 años, relató a los medios que tropezó con otro chico y a este se le cayó el móvil. «Inmediatamente, Pablo dijo que no se preocupara, que perdonara, que se hacía cargo de la reparación, de cambiar la pantalla o de un dispositivo nuevo», señaló, asegurando que entre ambos hubo un trato «coloquial».

Fue entonces cuando se intercambiaron los números de teléfono y, según contó Amills, Pablo se fue con un amigo suyo, que le acompañó un tramo del camino hasta que se despidieron. Pablo le dijo que iba a coger un taxi.

Por su parte, el encargado del bar Botanic, el establecimiento en el que estuvo Pablo Sierra con sus amigos, aseguró que estuvo un par de horas hasta las 23.45 horas aproximadamente y que vio cómo Pablo se fue «calle abajo».

«Tuvo un pequeño problema con un chico en la puerta», deslizó, coincidiendo con el relato de Amills, y también señaló que se resolvió «amistosamente» y se dieron los teléfonos. «Sus amigos se quedaron dentro», añadió el responsable del establecimiento, a la par que detallaba que «tuvo un resbalón» en mitad de la calle, que se levantó y siguió con su camino.

MANTENER EL SIGILO

El subinspector Raúl Mejía, que ha estado a cargo del operativo de los GEO que lleva desde principios de semana trabajando con un equipo especializado en el río, ha concretado en la comparecencia ante la prensa que se había delimitado una zona de búsqueda «bastante más amplia», aunque con la información que tenían y que les habían aportado incidieron en la «parte superior».

Además, ha indicado que sabían que, con los días transcurridos desde la desaparición, estaban «en tiempo de que pudiese salir» el cuerpo a la superficie, «como así ha sido», y que la zona donde se le ha encontrado era «muy próximo» a donde estaban trabajando y que estaba «ligeramente en superficie, había empezado a subir».

En concreto, el perro de la unidad canina de la policía especializada en la búsqueda de desaparecidos estaba en la embarcación y, cuando se han «acercado y se ha estado tocando ha empezado a marcarlo», ha dicho el subinspector.

A continuación, la delegada del Gobierno ha insistido en que se debe «mantener el sigilo» de la investigación judicial y que en la comparecencia se ha dado «una explicación posible al fallecimiento de Pablo», puesto que se debe esperar a la autopsia y ver «qué es lo que realmente nos dice el equipo forense y si, por supuesto, concuerda lo que se ha visto en el río con esa línea principal de investigación»: «eso no significa que podamos esperar cualquier otro resultado».

Chema Gordillo ha añadido que la investigación no ha finalizado ni se ha cerrado, que tienen varias líneas de investigación y, dentro de los parámetros e hipótesis que manejan, siguen trabajando, de manera tal que «única y exclusivamente» lo que ha aparecido es el cuerpo «al parecer» y «probablemente» de Pablo.

Preguntado por la posibilidad de que pudieran estar involucradas terceras personas, ha dicho que no descartan «nada», mientras que sobre el hallazgo del cuerpo este viernes, García Seco ha explicitado que, «en el momento en el que supuestamente pudo sumergirse en el río», hacía una temperatura muy baja y que estos días ha hecho «mucho frío» y la temperatura del agua también lo era, a tenor de lo cual ha matizado que ya les dijeron los forenses que «probablemente pasarían alrededor de 15 días hasta que pudiera el cuerpo aflorar».

Así, uno de los trabajos que han hecho los GEO ha sido «movilizar toda la vegetación y todos los sedimentos que existen cerca de la zona donde apareció el móvil para que, si el cuerpo estuviera enganchado o estuviera en el fondo, pudiera más fácilmente desprenderse y aparecer».

Sobre esto último ha señalado en todo caso que hasta esta semana no se han retomado los trabajos en el agua «porque era muy difícil encontrarlo en otro momento», y que «no es que se suspendiera la búsqueda» sino que «se extendió a otras zonas y a otras líneas de investigación».