El batallón español de La Nueve encabezó la liberación de París hace 76 años
Después de 75 años, por fin el Gobierno de España ha acudido de manera oficial a un homenaje realizado a la novena compañía de la División Leclerc, más conocida como La Nueve.
Fue la primera que entró en la capital francesa el día de la liberación de París. Francia también tardó demasiado: no les reconoció su hazaña hasta 2004.
‘La nueve’ era una compañía compuesta casi al cien por cien por soldados republicanos españoles.
Su origen se remonta a noviembre de 1942 en el Norte de África. En sus inicios, la División Leclerc estaba compuesta por más de 16.000 soldados, de los cuales casi 2.000 eran españoles. De nuestro país eran, en concreto, 148 de los 160 que componían el batallón de la novena compañía. Se formó en Temara (Marruecos). Lo integraban “anarcosindicalistas, anarquistas, trotskistas, catalanistas y socialistas”. La mayoría, libertarios.
El hito por el que pasó a la historia sucedió hace 76 años, el 24 de agosto de 1944. El blindado ‘Guadalajara’ fue el primero en penetrar en suelo parisino. Entraron, alrededor de las nueve de la noche, para liberar el Ayuntamiento. El primero en disparar, el ‘Ebro’. “Brunete”, “Santander”, “Don Quijote” o “España cañí” se llamaban los tanques. Su capitán francés, Raymond Dronne, dijo de ellos que eran “temerarios” y difíciles de mandar, pero también “orgullosos” y “muy valientes”. Tres de sus integrantes detuvieron a Dietrich von Choltitz, el gobernador militar alemán al mando.
Aun así, y por las vicisitudes de esta extraña manera que tenemos de recordar nuestra Historia, no es una narración demasiado repetida. Los que deberían ser considerados héroes nacionales, emblemas antifascistas de la libertad, son auténticos desconocidos para los niños y niñas en los colegios. Huelga decir que deberían serlo. Aunque sea por las anécdotas.
Acabamos con una. Entre sus soldados había un futbolista internacional: el canario José Padrón, apodado ‘el sueco’. Debutó con la zamarra del combinado nacional en 1929. Jugó cinco partidos. Marcó dos goles contra Portugal.
Así decía un compañero de él:
“Tiene una elegancia suma del pase. Lo cede, no lo lanza, no lo rasga. Lo idealiza. Es un mago”.
Jugó en el Espanyol, el Sevilla, el Barcelona y el Olimpique de Alés. Nunca perdió sus ideas anarquistas. Aunque sea por el Marca, por ese último pase antifascista, deberíamos conmemorar su lucha.
El batallón español de La Nueve encabezó la liberación de París
