No hay paz interna en el PP de Pablo Casado. Ni siquiera en aquellos territorios donde, sobre el papel, todo le va rodado a la derecha. Si Madrid se ha convertido en un quebradero de cabeza para la dirección nacional del partido, ahora resurgen las diferencias estratégicas en Andalucía. A 24 horas de que arranque el congreso del PP que debe ratificar a Juan Manuel Moreno como líder autonómico del partido, la filtración de un audio de su vicepresidente en la Junta, Juan Marín, desmonta el argumentario del Gobierno andaluz en su negociación presupuestaria y encarece el apoyo de los demás grupos. La consecuencia: vuelven tambores de adelanto electoral, un escenario que vendría bien a Casado, pero que Moreno rechaza. Ambos coincidirán el fin de semana en Granada, en el cónclave interno, donde volverán a sentarse juntos todos los presidentes regionales del partido, incluida la madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien mantiene su pulso con Casado.

Andalucía fue la primera de las alegrías del PP bajo el liderazgo de Casado. Juan Manuel Moreno logró lo que parecía imposible: desbancar al PSOE en la comunidad más poblada y que aporta, por tanto, más escaños al Congreso. Las elecciones de diciembre de 2018 supusieron, eso sí, la irrupción de la ultraderecha en las instituciones. Desde entonces, su presencia no ha parado de crecer en el resto del Estado. El Gobierno de coalición del PP y Ciudadanos tuvo que negociar con Vox la investidura y las cuentas públicas. Las de 2019, las de 2020 y las de 2021. Pero llegó la negociación de los Presupuestos de 2022 y todo cambió.

El año que viene, sí o sí, habrá elecciones en Andalucía. La meta natural de la legislatura sería a finales de año, pero todos los partidos están ya en la línea de salida de la carrera electoral. El primero, Vox, que lleva avisando tiempo de que no piensa volver a apoyar los presupuestos de Moreno. El partido ultra quiere que se celebren ya los comicios, donde podrían lanzar a una de sus principales figuras estatales, la diputada y ex abogada del Estado Macarena Olona, después del fiasco de Francisco Serrano, quien ha terminado expulsado del partido por sus problemas judiciales.

Moreno intentó entonces atraer al PSOE a un pacto que también suponía una ventaja para los socialistas, que estrenan el liderazgo de Juan Espadas. El todavía alcalde de Sevilla necesita tiempo para darse a conocer y, además, para ofrecer resultados a los andaluces. Pactar el presupuesto con el Gobierno es una forma de lograr ambas cosas, con el evidente riesgo de otorgar un triunfo a su rival.

Por eso, durante el otoño se ha producido un continuo tira y afloja entre ambos. Una estrategia que se ha dinamitado esta misma semana con la filtración a la cadena Ser de un audio protagonizado por el vicepresidente de la Junta y líder de Ciudadanos en la región, Juan Marín, donde se le escucha explicar a su grupo parlamentario que «es estúpido» negociar un presupuesto para 2022 con una explicación un tanto extraña sobre el hecho de que sea un año electoral. «Tenemos ya unas cuentas públicas ¿Para qué hacer otras que van a implicar recortes y que no vamos a poder prácticamente ejecutar?», se le oye decir.

Más allá de la tormenta interna que hay en Ciudadanos, y de las desautorizaciones hacia Marín por parte de otros miembros del Gobierno regional, tanto el PSOE como Vox ya han anunciado sendas enmiendas a la totalidad, lo que deja las cuentas de 2022 al borde del descarrilamiento.

Marín ha acusado de la filtración directamente a la dirección nacional del PP y, en concreto, al ex secretario de Organización de Ciudadanos Fran Hervías, quien maniobra desde un despacho de Génova para atraer hacia el partido de Casado a todo cargo público de su expartido en la desbandada que se produce desde el fiasco de las elecciones del 10 de noviembre de 2019. En el PP de Andalucía, sin embargo, no señalan a Génova directamente y ponen más el foco en Ciudadanos o, incluso, en el PSOE.

La acusación del vicepresidente andaluz pone de manifiesto el odio que se profesan él y Hervías. Pero evidencia a la vez que el deseo de Vox por un adelanto electoral coincide con los de Génova, aunque por motivos diferentes. En la sede nacional del PP dan por segura la victoria de Moreno en las próximas elecciones. Así lo apuntan todas las encuestas. El último Barómetro de Opinión Pública les da 15 puntos más que al PSOE. Un triunfo así de Moreno podría incluso hacerles soltar el lastre de la ultraderecha y sería un balón de oxígeno para Pablo Casado.

El presidente del PP podría entonces circunscribir el éxito de Moreno a la recuperación del PP y enfriar así el de Ayuso del pasado 4 de mayo. Una convocatoria que supuso el origen de la bronca interna entre los dos ya examigos. La secuencia es la que sigue: El PP se estrelló en los comicios catalanes de febrero, tres meses después, Ayuso logró una amplia victoria además de contener a Vox; si Moreno lograra a principios del año que viene un triunfo importante en las urnas, Génova podría intentar diluir el éxito de Ayuso; pero si Moreno apura la legislatura, como quiere, 2022 se le puede hacer muy largo a Casado y llegar desfondado a la gymkana electoral de 2023: autonómicas, municipales y generales.

Desde la dirección nacional del PP niegan estar detrás de la filtración del audio de Marín. «Nos hemos enterado por la prensa», dicen las fuentes consultadas por elDiario.es. Pero la noticia ha llegado en la que se prometía semana grande de Juan Manuel Moreno. El líder andaluz del partido será refrendado este sábado en el XVI Congreso Autonómico del PP de Andalucía. Nadie se ha postulado en su contra y a Granada acudirán los principales nombres del PP. El viernes, los presidentes autonómicos: Alberto Núñez Feijóo, Fernando López Miras, Alfonso Fernández Mañueco e Isabel Díaz Ayuso en un debate moderado por Moreno. El sábado, el secretario general, Teodoro García Egea. Y el domingo, el presidente, Pablo Casado.

Será la primera vez que los cinco presidentes se sienten juntos de nuevo en público desde la convención nacional del PP, el primer fin de semana de octubre, y donde la presidenta madrileña acaparó todos los focos con aquel discurso medido en el que prometía a Casado que no iba a rivalizar con él por el sillón de la planta 7 de Génova, 13, ante el estupor de algunos de los presentes. Desde entonces, las escaramuzas entre la dirección nacional y los despachos gubernamentales de la Puerta del Sol han sido continuos.

La guerra por el control del PP en Madrid es total. En el reciente congreso del PP de Castilla-La Mancha, Ayuso volvió a insistir en que quiere ser elegida presidenta lo antes posible. En Génova mantienen el control sobre el calendario y llevarán el congreso de Madrid lo más lejos posible, a mayo o junio de 2022. Por eso sería tan importante para Casado diluir antes la figura de Ayuso y pasar del éxito del 4M de la presidenta madrileña a un triunfo coral de la marca PP.

Dicho calendario tiene una serie de hitos que para la dirección nacional son inamovibles. Primero van los congresos de las comunidades pluriprovinciales. De estas quedan por celebrarse Aragón, que está previsto para el 18 de diciembre, y Castilla y León. Este mismo miércoles el jefe de filas autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, aseguraba en un desayuno informativo en Madrid que su cónclave se celebrará «en el primer trimestre» de 2022.

Al evento acudieron García Egea y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, portavoz nacional del partido y a quien Casado ha señalado como potencial rival de Ayuso por el liderazgo del partido, sin que él se haya desmarcado. Quien no asistió fue la presidenta regional, pese a que el evento estaba anunciado desde la semana pasada. A la misma hora que hablaba su compañero de partido, Ayuso estaba en Antena 3 defendiendo a Cayetana Álvarez de Toledo, la exportavoz parlamentaria del PP que publica esta misma semana un libro que ha provocado nuevas réplicas del seísmo en Génova 13 tras su cese como líder del partido en el Congreso.

Álvarez de Toledo ha llegado a decir en plena promoción de estas memorias políticas tituladas Políticamente indeseable (Ediciones B) que la dirección del PP está «filtrando material incriminatorio» de Ayuso, lo cual daría a entender que existen pruebas contra la dirigente regional. Ayuso, por su parte, ha dicho de ella que «siempre ha representado los valores del PP». Lo dijo este miércoles en entrevista en Antena 3 mientras Mañueco decía que no ha leído ni piensa leer el libro y zanjaba: «Ya hace año y medio le recomendé [a Álvarez de Toledo] que un poco de desescalada verbal no vendría mal».

La llave del cronómetro para que Ayuso pueda aspirar a presidir el partido la tiene Mañueco, que convocará cuando quiera su congreso. Antes, él y Génova tienen que resolver el embrollo de Salamanca, donde está sin elegir la dirección provincial por un desencuentro sobre los nombres y, por tanto, su control. El líder castellanoleonés puede elegir a quién quiere beneficiar. O molestar.

Este miércoles, tras el desayuno informativo patrocinado por Asisa, Mañueco se reunió en el Congreso con Pablo Casado. Ambos escenificaron una sintonía que no es total, pero que dista mucho de la guerra por Madrid.



Source link